Cinco cosas que desearía haber sabido cuando empecé a programar
Camila enseñando programación a alumnas en Chicas Programadoras. (Cortesía de Camila Codina)
Camila Codina, estudiante argentina de 17 años y mentora en clases de programación, comparte qué es lo que necesitas saber para entrar en el campo.
La tecnología le pertenece a todas y todos y, por tanto, me entristece ver que somos muy pocas chicas quienes seguimos carreras en éste ámbito. En la Universidad de Buenos Aires (donde comenzaré a estudiar pronto este año), tan solo el 11% de los estudiantes de Ciencias de la Computación e Ingeniería son mujeres. Esto es inaceptable.
Puede ser difícil entrar en un campo donde no te sientes bienvenido. Recuerdo sentirme avergonzada en mis clases de computación al sacarme las mejores notas — no era lo esperado que una estudiante mujer disfrutase o se destacara en la materia. Recuerdo lo sola que me sentí el siguiente año cuando me uní a una clase para aprender el lenguaje de programación Python y era la única chica allí.
Sé lo que es sentirse excluida del mundo de la programación — y no quiero que ninguna otra chica se sienta de esa manera. Como mentora en el Club de Chicas Programadoras, enseño a adolescentes de Argentina cómo programar mediante talleres gratuitos. Empiezo mis clases explicando cómo ellas pueden crear aplicaciones para sus teléfonos con App Inventor. Desde ahí, proseguimos hasta crear nuestras propias páginas web y juegos con Javascript.
Mis clases en Chicas Programadoras son acerca de alentar a las chicas con quienes trabajo a experimentar y probar cosas nuevas. Quiero que las chicas lleguen a sus casas felices con lo que aprendieron y que sigan estudiando e investigando por su cuenta, sabiendo que siempre van a poder encontrar a un grupo de mujeres programadoras dispuesto a guiarlas y responder sus preguntas.
Camila estudiando programación con sus compañeras. (Cortesía de Camila Codina)
Cuando las chicas empiezan en el Club de Chicas Programadoras, puedo ver que están nerviosas y se muestran tímidas, con miedo a cometer errores y no ser lo suficientemente inteligentes. Puede ser intimidante al comienzo, así que hice una lista de cinco cosas que desearía haber sabido cuando empecé a programar:
1. No es difícil. Un clásico estereotipo de la programación es que tienes que saber mucho de matemáticas y ser una genio para ser capaz de programar. Eso no es cierto. Incluso con conceptos básicos, puedes crear grandes cosas, como juegos para celular y aplicaciones.
2. Hay mucho por aprender. Son infinitas las cosas que podemos hacer con una computadora y la programación es tan amplia como el Internet. Cuando empecé a programar pensé que sería como una asignatura más del colegio en donde podría agarrar un manual de texto y aprender todo en cuestión de semanas, pero no es así. Cada persona puede forjar su propio camino y especializarse en diferentes áreas — puedes hacer páginas web, ser científico de datos o crear videojuegos. ¡La lista es interminable! El límite es tu pasión por aprender y descubrir cosas nuevas. En programación, lo que más me gustó aprender fue definitivamente crear sitios web desde cero con HTML, CSS y Javascript. ¿Quién sabe? Quizás en unos años seré capaz de crear el nuevo Facebook.
3. Es divertido. Lo anterior está fuertemente vinculado con este punto — cuando hay tanto por aprender, ¡es difícil aburrirse! Es maravilloso crear cosas mediante una combinación de palabras de muchos colores y ver cómo funcionan. Programar es divertido y, una vez que comienzas, lo más probable es que trasnoches buscando plasmar tus pensamientos en el lenguaje de las máquinas antes de irte a dormir. Por ejemplo, hace algunos meses trabajé en un proyecto de crear un detector de voz a texto y lo modifiqué para que cada vez que alguien dijera la palabra “unicornio”, ¡una imagen aleatoria de uno apareciera en la pantalla! En mi opinión, valió totalmente la pena.
“Sé lo que es sentirse excluida del mundo de la programación — y no quiero que ninguna otra chica se sienta de esa manera.”
4. No estás sola. Una de las cosas que más me sorprendió al empezar a programar fue que logré encontrar una comunidad en los Clubes de Chicas Programadoras. Tuve la oportunidad de interactuar con chicas que pasaron por experiencias similares a la mía, de mi misma edad y con quienes teníamos variedad de gustos en común — a parte de nuestro entusiasmo por la tecnología. Me sentí cómoda para aprender lo que me gustaba. Conocer profesionales mujeres en el ámbito de la informática — como Karen Roberts (Ingeniera en Informática y profesora en la Universidad de Buenos Aires) y Marisabel Rodríguez (Ingeniera Electrónica) — me ayudó a elegir mi camino y me dio confianza en mi futuro. Me incentivaron a continuar mis estudios en el tema a pesar de las adversidades y me inspiraron con sus historias. Ahora sé que siempre puedo y podré recurrir a ellas cuando tenga preguntas o necesite ayuda para resolver un problema.
5. Expandirás tu mundo y aprenderás a pensar de una forma diferente. Descubrí que el mundo era mucho más grande de lo que pensaba. Cuando estás programando, nunca hay un “imposible”; sólo hay algo que aún no fue resuelto por otra persona. Necesitas encontrar las herramientas necesarias para crearlo — o, si no las tienes, crearlas tú misma. La tecnología es mágica. Nos permite resolver rápidamente pequeños — y grandes — problemas del mundo moderno. Es colaborativa, ya que siempre habrá alguien dispuesto a darte una mano. Es un arte que comienza como un simple boceto y termina siendo un trabajo admirado por millones.
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