Cómo la crisis en Venezuela está afectando la educación de las niñas

Karen Toledo  | 

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Desde la violencia en el camino a la escuela hasta los apagones de electricidad, cuatro jóvenes conversan sobre cómo tratar de aprender durante los conflictos económicos y políticos.

Escasez de maestros. Violencia en el camino a la escuela. Recortes en el presupuesto. Cortes en el suministro de electricidad y agua en las aulas. Cierres de escuelas. Para los estudiantes de Venezuela, tratar de aprender durante una crisis económica, política y humanitaria no es fácil. 

Tras el colapso de la economía del país en 2014, Venezuela experimentó altas tasas de desempleo, crímenes violentos, hambre y escasez de medicamentos. Aproximadamente cinco millones de personas huyeron del país en busca de alimentos, educación, trabajo y una mejor vida. Los estudiantes que aún se encuentran en Venezuela deben enfrentar el desmoronamiento del sistema educativo del país, y ahora la pandemia de COVID-19 está dificultando aún más el aprendizaje

Hablé con cuatro mujeres jóvenes que viven en Venezuela sobre los desafíos que han enfrentado, cómo la pandemia está afectando su educación y qué pueden hacer los líderes para apoyarlas mejor.


Karen Toledo (KT): ¿Cómo ha afectado la situación en Venezuela a tu educación en los últimos años?

María Fernanda García, 16 años (MFG): Yo estaba en Venezuela durante las protestas en 2017 y mi escuela estaba al otro lado del río. Por lo tanto, para mí era muy difícil cruzarlo y no podía ir a la escuela. Hice lo que pude hasta que quedé atrapada en una protesta en la que la gente arrojó gases lacrimógenos y eso no me gustó para nada. 

Durante los apagones del año pasado, mi escuela no tenía una planta eléctrica, así que pasábamos días sin luz ni agua. No teníamos Internet, lo cual era difícil porque mi escuela está muy basada en el uso de computadoras. Cuando el presidente Maduro declaró que las clases se cancelaban los viernes, dejamos de recibir mucha instrucción. 

Gabriela Rauseo, 21 años (GR): La situación ha afectado a todos los venezolanos, especialmente a los estudiantes. Fue en los últimos años de la escuela secundaria cuando vi los mayores cambios, por ejemplo, la orden del Gobierno sobre la eliminación de las ciencias y las humanidades. 

María Valeria de Sousa, 19 años (MVD): Mi educación se ha visto bastante impactada en los últimos años. Los últimos años de la escuela primaria y secundaria fueron transiciones difíciles. El momento en que me gradué coincidió con las marchas y con el apagón nacional en Venezuela. Ese fue mi último año y hubo muchos cambios en los exámenes; todos los planes de evaluación tuvieron que cambiarse y fue muy molesto y complicado.

Samantha Añez, 20 años (SA): Me he atrasado mucho, todo es mucho más tedioso, la emisión de documentos y visas de estudiantes [para estudiar en el extranjero] es realmente terrible. Aquí todo tiene que ser con dinero o se tiene que encontrar a alguien que pueda ser de ayuda. Si no se cuenta con eso, los procesos pueden tardar meses. 

Mi educación se ha visto bastante impactada en los últimos años.
— María Valeria de Sousa

KT: En tu opinión, ¿cuáles son las mayores dificultades que enfrentan los estudiantes venezolanos, especialmente las estudiantes mujeres? 

MFG: En general, las protestas, los apagones, la falta de oportunidades y, más que nada, poder llegar a la escuela. La verdad es que para mucha gente caminar por la calle no es seguro porque una pandilla podría empezar a hacer disparos. Se necesita seguridad. Para las chicas, creo que es el “machismo”. Es importante tener educación sexual porque hay muchas chicas de mi edad o menores que quedan embarazadas. No tienen forma de progresar. No pueden continuar su educación y tienen que comenzar a trabajar. No pueden hacer realidad sus sueños. 

MVD: Creo que hay dificultades en general como la pérdida de la electricidad, la falta de profesores, etc., pero para las chicas especialmente, puesto que muy pocas escuelas existen en el país que sean sólo para chicas. Otro problema, aunque muchas personas no lo admiten, es el problema del “machismo”. Especialmente en la universidad, muchos profesores coquetean con las estudiantes, tratan de manipularlas para que les den algo a cambio. Creo que es muy vergonzoso para nuestra sociedad que esto siga sucediendo. 

GR: Considero que una de las mayores dificultades es la dificultad económica. En el caso de las niñas, he notado varios prejuicios cuando una mujer busca una carrera que es preconcebida como una carrera sólo para hombres, por ejemplo, la ingeniería mecánica. Las miradas extrañas, los escrúpulos y los juicios están dirigidos tanto a hombres como a mujeres cuando buscan carreras que no son para ellos(as).

SA: Todo es absolutamente complicado, las oportunidades laborales para adquirir experiencia son casi nulas y, si se obtiene una, el salario no alcanza para nada. La situación ha llevado a las niñas y jóvenes a hacer cosas que no quieren, pero que deben hacer porque no tienen forma de mantenerse por sí solas.

 
 

KT: ¿Te sentías segura al ir a la escuela antes del COVID-19?

GR: Nunca me he sentido segura en las calles de mi país. Desde que era pequeña he presenciado y experimentado muchos actos como robos, secuestros, agresiones, violencia e incluso asesinatos en plena calle. Siempre me acompañaba un adulto cuando iba a la escuela, a veces incluso más personas. 

MFG: En algunos momentos, no. No me he sentido segura porque como dije con las protestas y puesto que no quería faltar a la escuela, me quedé atascada en una protesta y la gente empezó a disparar y a lanzar gases lacrimógenos. En este momento [antes del COVID-19] me sentía segura de volver a la escuela, pero para muchas personas ese no es el caso. Hay muchos estudiantes que no quieren ir a la escuela porque no se sienten seguros.

En el caso de las niñas, he notado varios prejuicios cuando una mujer busca una carrera que es preconcebida como una carrera sólo para hombres, por ejemplo, la ingeniería mecánica.
— Gabriela Rauseo

KT: ¿Cómo ha afectado tus estudios el COVID-19? ¿Has podido continuar desde tu casa? 

GR: He podido continuar con las clases desde casa; sin embargo, no todo se puede. Las señales y antenas del país han sido inestables durante años, los servicios de electricidad son demasiado deficientes. He tenido que enfrentar cortes de energía, de wifi y pérdidas de señal, lo que hace que todo sea más difícil.

MVD: La verdad es que ha impactado mis estudios tanto positiva como negativamente. Puedo decir que de manera positiva los profesores y los estudiantes se han unido para estar a la altura del desafío, porque vivir en un país en el que obviamente vivimos en crisis es difícil. Estudiar siempre ha parecido un impedimento. Desafortunadamente, aunque existen recursos a nivel mundial para alguien [para asistir a una clase virtualmente] es complicado porque uno se puede quedar sin electricidad, perder la señal de Wi-Fi o quedarse sin datos; hay muchas cosas que pueden suceder.

MFG: Cuando empezó la pandemia, mi escuela se retrasó en el inicio de las clases a través de Zoom. Los padres se quejaban porque no era eficaz. Mis profesores son todos extranjeros, así que la embajada inglesa los sacó a todos de Venezuela. Cuando comenzó la pandemia, no estaban aquí. Ahora continuamos con nuestras clases a través de Google Meets. 

SA: No he podido comenzar mis estudios universitarios. 

KT: ¿Qué crees que pueden hacer los líderes políticos de tu país para apoyar a los estudiantes venezolanos? 

GR: Proporcionar apoyo financiero. Puesto que las universidades públicas están tan deterioradas (no todas están abiertas, hay falta de profesores, hay daños estructurales, etc.), las privadas son las únicas que ofrecen una educación completa en este momento. La crisis económica del país y los altos costos de las especializaciones en estas universidades impiden que muchos venezolanos puedan comenzar o continúen estudiando. Podría ser de gran ayuda ofrecer becas financieras para aquellas personas que tienen un gran deseo de estudiar, pero que lamentablemente no tienen suficiente dinero para hacerlo. 

MVD: Lo más importante que debemos recuperar es la educación. Que la profesión docente no tenga mucha demanda es un gran problema ahora mismo, y creo que a nivel mundial también. Algo que los líderes pueden hacer es crear campañas. Las personas deberían tener incentivos para aprender a enseñar en Venezuela, porque muchos profesores emigran.

MFG: Deben mejorar los espacios públicos para los estudiantes que no tienen la oportunidad de ir a escuelas privadas porque aquí en Venezuela las escuelas públicas rara vez tienen disponibilidad. Mejorar el mantenimiento sanitario, conseguir mejores profesores y proporcionar recursos. Hay muchas personas que ni siquiera tienen lápices o papel para escribir. 

SA: Yo realmente pienso que no hay ningún líder en Venezuela.

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Karen Toledo

(she/her) is the former executive coordinator at Malala Fund. She likes books, Chinese takeout and a good Latin playlist. You can follow her on Instagram.