Durante el cierre de escuelas debido al COVID-19, niñas indígenas aumentan el acceso a libros en las zonas rurales de Guatemala

Elvira, Maria Florinda and Yessica  | 

(Cortesía de MAIA Impact School)

(Cortesía de MAIA Impact School)

Elvira, Florinda y Yessica comparten cómo están creando bibliotecas en sus comunidades para ayudar a otros estudiantes indígenas a seguir aprendiendo durante la pandemia.

En las escuelas públicas de las comunidades indígenas de las zonas rurales de Guatemala, los recursos académicos son escasos. Las primeras escuelas a las que asistimos no tenían suficientes libros para el aprendizaje o para que los estudiantes leyeran por placer. Durante la pandemia, los recursos educativos son aún más difíciles de conseguir. Algunos estudiantes reciben tareas de vez en cuando, pero muchos han pasado meses sin ningún apoyo de sus escuelas. Los niños pasan su tiempo trabajando o jugando, dejando la educación en un rincón olvidado.

Hace cuatro años, comenzamos a estudiar en el Colegio Impacto MAIA, una colegio de educación secundaria local que brinda educación de calidad a niñas indígenas como nosotras. Desde que comenzamos a estudiar en MAIA, hemos aprendido a confiar en nosotras mismas y a expresar nuestras ideas. MAIA se enfoca en prepararnos para ser líderes en la universidad y en el futuro, por lo que siempre hay oportunidades para que tomemos la iniciativa y hablemos sobre los temas que nos preocupan. En julio del 2020, la directora de nuestro colegio, Vilma Saloj, nos invitó a participar en un proyecto de bibliotecas comunitarias para ayudar a otros estudiantes indígenas a acceder a libros mientras las escuelas están cerradas durante la pandemia. Inmediatamente dijimos que sí. Queríamos que otros niños tuvieran la oportunidad de leer, explorar su imaginación y aprender a través de los libros.

Nuestro primer paso fue organizar las donaciones de libros que una organización aliada le dió a MAIA. Luego clasificamos los libros por nivel de lectura (principiante, intermedio y avanzado) e hicimos un listado de los libros que iban a cada comunidad. Para construir nuestras bibliotecas, tuvimos que coordinar y presentar el proyecto a los líderes comunitarios, un proceso que no fue difícil porque ya existía una conexión entre la comunidad y nuestro colegio. Nuestras familias ofrecieron espacio fuera de nuestras casas para instalar las bibliotecas, de esta manera las bibliotecas se construyen dentro de nuestra propiedad pero aún son accesibles para nuestros vecinos ya que nuestras casas están ubicadas en el centro de nuestras comunidades. Hay tres bibliotecas comunitarias en Xolbé, Chuimanzana y Chuarixche.

(Cortesía de MAIA Impact School)

(Cortesía de MAIA Impact School)

Estábamos muy emocionadas de compartir nuestras bibliotecas con nuestras comunidades porque sabíamos que el acceso a los libros expandirá el mundo de muchos niños. Imaginamos la risa de los niños y sus rostros llenos de alegría al leer estos nuevos libros. Antes de la apertura de las bibliotecas, visitamos a algunas compañeras que viven en las mismas comunidades que nosotras para informarles sobre este proyecto para que podamos seguir difundiendo el mensaje. Estaban muy emocionadas con la noticia ya que no sabían que el colegio iba a instalar bibliotecas.

Para celebrar las nuevas bibliotecas, realizamos ceremonias de apertura en nuestras comunidades e invitamos a los vecinos a asistir. Cuando todos llegaron a las bibliotecas, nuestra directora presentó el proyecto. Todos la miraban con mucha atención y algunas madres asentían con la cabeza. La directora explicó cómo iba a funcionar el proyecto: Las bibliotecas tienen libros de diferentes niveles de dificultad y están abiertas al público; cualquiera puede tomar prestado un libro y devolverlo cuando termine para que otros niños puedan leerlo. También explicó que las bibliotecas están equipadas con gel antibacterial para garantizar la seguridad de la comunidad durante la pandemia.

Ver a los niños seleccionando libros y la felicidad en sus rostros nos trajo alegría, energía y motivación. Saber que ahora los niños de nuestras comunidades pueden seguir aprendiendo durante una pandemia es muy gratificante. Sabemos que tenemos la oportunidad única de continuar nuestros estudios virtualmente con MAIA y estamos felices que otros niños también puedan acceder a los libros mientras las escuelas están cerradas. Una de nuestras partes favoritas del proyecto es cómo se ven las bibliotecas; la forma en que se juntan las piezas llama mucho la atención. MAIA proporcionó la madera para las bibliotecas y los padres ayudaron a construirlas junto con los miembros del equipo de MAIA. Las bibliotecas son pequeñas y tienen cuatro patas de madera con techo rojo. Se ven como una gran pajarera, lo que hace que la gente sienta curiosidad por ellas. Están elevadas del suelo para proteger los libros de la lluvia.

(Cortesía de MAIA Impact School)

(Cortesía de MAIA Impact School)

Aunque no parezca un gran proyecto, sabemos que la lectura ayuda a los niños a desarrollar su imaginación y explorar nuevos mundos. También les ayuda a mejorar su comprensión y fluidez, permitiéndoles seguir desarrollándose académicamente. En nuestras comunidades, las bibliotecas son muy útiles porque no hay posibilidad de ir a una librería y comprar un libro. Con las bibliotecas instaladas, nuestros vecinos están aprovechando esta oportunidad llevándose libros a casa hasta cuatro días a la semana. La comunidad está feliz porque la iniciativa de la biblioteca es algo único. Durante las ceremonias de apertura, hubo algunos comentarios negativos además de positivos. Los comentarios negativos vinieron de algunos adultos que no entendieron el valor de facilitar el acceso a los libros y dijeron que los niños sólo leerán cuentos. Pero esos comentarios no nos detuvieron. Realizamos el proyecto de las bibliotecas específicamente para el desarrollo de la lectura de los niños y para asegurar su derecho de acceso a los recursos educativos. Sabíamos que estábamos haciendo lo correcto. Ninguna otra institución se centra en ayudar a los niños a desarrollar hábitos de lectura en nuestras comunidades. Estamos muy agradecidas de que muchos de nuestros vecinos se estén aprovechando de esto. Esta iniciativa puede ser pequeña, pero puede cambiar el futuro de los niños, dándoles acceso a las inolvidables aventuras de leer libros.

Como estudiantes y futuras líderes de nuestro país, queremos ver una sociedad más equitativa, donde todos tengan acceso a información de todo el mundo. Un mayor acceso a la información permitirá una mejor convivencia familiar, comunitaria y social. Nos gustaría ver un nivel educativo más alto en las escuelas públicas y que los maestros enseñen a los estudiantes cómo aprovechar los libros y disfrutarlos, en lugar de tratar la lectura como una tarea aburrida. Para que eso suceda, el gobierno tiene que mostrar interés e invertir en educación en las regiones rurales de Guatemala. A través de la lectura, hemos adquirido muchos conocimientos, lo que nos ayuda a convertirnos en personas más analíticas y curiosas. No es solo un pasatiempo, sino una fuente de emociones a través de las cuales podemos reflexionar sobre nuestra realidad. La lectura es para la mente lo que el ejercicio para el cuerpo. Aunque las bibliotecas comunitarias son pequeñas, el conocimiento que contienen es inmenso.

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Meet the Author
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Elvira, Maria Florinda and Yessica

are students at MAIA Impact School. Yessica is a Maya Kaqchikel student and speaks Kaqchikel as her mother tongue. She is proud to be from a multicultural country and from her home town in Sololá. Elvira is a 16-year-old Indigenous student living in the community of Xolbé. In her free time, she likes to read, ride her bike and write. Maria Florinda is a 15-year-old Indigenous student who speaks Kaqchikel. She is from Sololá, Guatemala and is currently a high school student at the MAIA Impact School.