Los derechos de los pueblos indígenas son cruciales para la justicia climática

Chisom Onyekwere  | 

Foto de Gerardo Cárdenas (Cortesía de Yanisbeth González Robinson)

 La activista Yanisbeth González Robinson explica por qué debemos reflejar las perspectivas de los pueblos indígenas en las soluciones climáticas.

Cada vez vemos más efectos del cambio climático en todo el mundo. Muchas personas de distintos países se han quejado de intensas olas de calor en el verano de 2023, siendo julio el mes más caluroso según la NASA. Se está produciendo un aumento de las muertes relacionadas con el calor en todo el mundo, con más de 200 personas muertas sólo en México debido al calor. Catástrofes como los incendios forestales también se están generalizando, contaminando muchas atmósferas y devastando comunidades vulnerables. En Hawai, un incendio forestal arrasó Maui y miles de edificios quedaron destruidos. Más de 106 personas murieron y muchas familias se han visto desplazadas de sus hogares y comunidades. Mientras las catástrofes provocadas por el cambio climático siguen devastando muchos lugares del mundo, las personas que viven en zonas costeras y otros lugares más vulnerables a las catástrofes del cambio climático están experimentando los efectos del cambio climático a un ritmo peor.

Para la comunidad de Yanisbeth González Robinson, en la región panameña de Gunayala, la realidad del cambio climático se hace patente a diario. "Las islas que componen el archipiélago están sufriendo la subida del nivel del mar, por lo que algunas comunidades han tenido que trasladarse a tierra firme, lo que ha provocado una falta de espacio en la comunidad y ha afectado al entorno vital y a las prácticas tradicionales que se han transmitido de generación en generación", explica Yanisbeth. "Los ríos se han secado y se ha perdido tierra fértil para plantar. [El calendario agrícola ha cambiado, lo que afecta a la producción y a la seguridad alimentaria. El fuerte oleaje ha hecho desaparecer parte de algunas islas de las comunidades, y la disminución de la pesca de ciertos crustáceos como la langosta, el cangrejo [y] el pulpo afecta directamente a la economía de la familia Guna."

La justicia climática es fundamental no sólo para la seguridad de la comunidad de Yanisbeth, sino también para la supervivencia de su cultura. "Para los pueblos indígenas, el cambio climático es la alteración del equilibrio entre la Madre Tierra y los seres humanos a partir de las consecuencias de nuestras acciones", afirma la activista medioambiental. "La naturaleza es parte cotidiana de nosotros; la conexión ancestral que tenemos con el paisaje es vital para nuestra gente. Es nuestro hogar".

La pasión de Yanisbeth por que los pueblos indígenas estén representados en los debates sobre política climática impulsa su trabajo como joven líder. Se asegura de que la diversidad de los pueblos indígenas se refleje en las políticas diseñadas para proteger a las comunidades afectadas por el cambio climático. "Cuando hablamos de soluciones al cambio climático, no se trata sólo de poner en marcha proyectos de adaptación y mitigación, ya que la realidad es diferente para los distintos pueblos indígenas", afirma. 

Como cofundadora de ANYAR, Yanisbeth colabora con su equipo "desarrollando y ejecutando proyectos para contar con las herramientas necesarias para enfrentar los problemas ambientales relacionados con el cambio climático, rescatar prácticas ancestrales a través del uso de nuevas tecnologías y trabajar conjuntamente con actores relevantes y partes interesadas para armonizar enfoques metodológicos en gestión de riesgos y cambio climático." También trabaja en proyectos que promueven la recuperación de la identidad cultural de los pueblos indígenas y la enseñanza de la lengua materna, Dulegaya, a los niños de la tribu Guna a través de diferentes actividades. 

Tuve el placer de aprender de Yanisbeth la importancia de centrarse en las comunidades indígenas y el conocimiento ancestral a la hora de crear soluciones a la crisis climática.


Chisom Onyekwere (CO): ¿Qué le inspiró a centrarse más en los problemas que afectan a las mujeres y los jóvenes de las comunidades indígenas? ¿Cómo afecta el cambio climático a los problemas a los que se enfrentan?

Yanisbeth González (YG): Mi inspiración se remonta a mi infancia -el mar, los sonidos del Gammu, las maracas, las molas de colores, los sabores y olores- y a la convivencia con mi madre, mi abuela y las mujeres que forman parte de mí.

Desde muy pequeña, me contaron historias sobre las luchas de mis antepasados. Día tras día, aprendí más sobre el amor a la Madre Tierra y cómo somos viajeros de la vida. Por eso, me ha interesado conocer las realidades que afligen a nuestras comunidades. Por ejemplo, como indígenas, somos los más afectados por los países industrializados. También me ha interesado conocer a las personas que luchan por la preservación y conservación de los ecosistemas marinos y terrestres, el rescate de las prácticas ancestrales y la protección de los bosques. 

(CO): Como cofundadora de ANYAR, ¿cómo es su trabajo con las mujeres indígenas, los jóvenes y las personas más afectadas por el cambio climático?

(YG): ANYAR significa "por nuestros territorios" en la lengua del pueblo gunadule. ANYAR lucha por promover y defender los derechos de los pueblos indígenas haciendo hincapié en el género, el cambio climático, la capacitación de las mujeres, la educación medioambiental y la justicia comunitaria.

Realizamos talleres de reciclaje y conservación de ecosistemas para niños y adolescentes de distintas comunidades. Trabajamos para fortalecer las capacidades locales y, a su vez, alentamos a los jóvenes que trabajan en la producción agrícola a participar de maneras socialmente aceptables, crear bancos de semillas y no depender de los suministros de alimentos de emergencia. A su vez, realizamos un proyecto de preservación y uso de conocimientos ancestrales de medicina tradicional dirigido a jóvenes y mujeres indígenas de la comunidad de Mandiyala en Gunayala.

“Este programa se centra en compartir conocimientos, cuestionar las estructuras existentes y reforzar el papel de cada persona en su comunidad.” (Cortesía de Yanisbeth González Robinson)

(CO): Háblenos de su trabajo en la Escuela Mesoamericana de Liderazgo de la AMPB (Alianza Mesoamericana de Pueblos y Bosques). ¿Cuáles son los problemas a los que se enfrentan los jóvenes indígenas? ¿Qué hace este programa para abordar estos problemas?

(YG): La Escuela Mesoamericana de Liderazgo es un programa de formación para jóvenes líderes indígenas y forestales orientado a valores y habilidades que amplíen el papel que desempeñan en sus comunidades. Las sesiones de formación se llevan a cabo sobre diversos temas y en países como Guatemala, Honduras, Panamá y Costa Rica.

Un problema que enfrentan los jóvenes es la falta de acceso a las nuevas tecnologías, a la educación centrada en los indígenas, a los espacios de toma de decisiones dentro de las comunidades, la migración interna, el cambio climático, el consumo de sustancias ilícitas, la falta de proyectos inclusivos, la pérdida de la lengua materna y las apropiaciones externas en los territorios. 

A través de la Escuela Mesoamericana de Liderazgo, hemos implementado un modelo propio de educación con herramientas para continuar desarrollando capacidades técnicas y políticas, que permitan fortalecer el liderazgo, gestionar recursos y nuevas tecnologías y formular propuestas. Nuestros modelos también aplican técnicas de incidencia política relacionadas con la comunicación, la negociación y la resolución de conflictos.

Este programa se centra en compartir conocimientos, cuestionar las estructuras existentes y reforzar el papel de cada persona en su comunidad. Esto permite que cada organización y territorio sea responsable de organizar y conducir sus respectivos procesos de formación. Así se construye un futuro y un presente mejor en el que los jóvenes participan en procesos de incidencia política y gobernanza territorial.

Si debo mencionar mi mayor logro, es poder liderar a los jóvenes para que sus voces sean escuchadas y estén en espacios de toma de decisiones en sus comunidades, donde han podido implementar planes de acción con pertinencia cultural y respeto a las cosmovisiones de los pueblos indígenas.
— Yanisbeth González Robinson

(CO): Háblenos de su trabajo con el Congreso Juvenil de Gunayala. ¿Qué hace este congreso juvenil? ¿Por qué crees que es importante que los jóvenes indígenas de diferentes comunidades colaboren?

(YG): El Congreso General de la Juventud Guna nace para reconocer la participación y fortalecimiento del liderazgo de la juventud Guna - mejorando nuestra autodeterminación y autonomía. Es un espacio para reflexionar y dialogar con los diferentes líderes de las comunidades, revitalizar nuestra cultura y fortalecer la unidad y la comunicación. De esta manera, enfrentamos las dificultades actuales y las futuras. 

Mi trabajo consiste en asesorar sobre aspectos legales a la junta directiva y a los jóvenes delegados que participan, explicarles la importancia de la espiritualidad, conseguir que participen en los Congresos Generales y asegurarles que sus voces serán escuchadas y tenidas en cuenta. Como dijo Yabiliginya Inaparkikiler, uno de los grandes líderes de Gunayala, debemos estar unidos para resolver los problemas porque la desunión rompe el espíritu y los ideales de un pueblo. 

(CO): Cuando formabas parte de la Coordinadora de Mujeres Líderes Territoriales de Mesoamérica, defendiendo los derechos de las mujeres dentro de la comunidad indígena, ¿cuáles fueron los retos a los que te enfrentaste en tu trabajo por las mujeres jóvenes y las niñas? ¿Cómo superaste estos retos?

(YG): Una de las principales preocupaciones de las mujeres indígenas es el reconocimiento de nuestro derecho a la autodeterminación, incluidos los derechos territoriales y el acceso a los recursos naturales, que son una parte esencial de nuestra vida cotidiana y de nuestra identidad.

Nos enfrentamos a retos comunes luchando contra la discriminación de género, las amenazas de usurpación de tierras, la actividad de las drogas, el tráfico de biodiversidad y el cambio climático.

El espacio que se me dio en la Coordinación de Mujeres Líderes Territoriales de la Alianza Mesoamericana de Pueblos y Bosques estableció -a través de intercambios con mujeres organizadas en Indonesia y Sudamérica- la posibilidad de construir estructuras a nivel regional, donde nuestras voces se magnifican. De esta manera, podríamos llamar la atención de los diferentes gobiernos sobre la necesaria atención que las mujeres necesitamos para sobrevivir en estos escenarios de vida cada vez más hostiles y superar esos retos.

“Una de las principales preocupaciones de las mujeres indígenas es el reconocimiento de nuestro derecho a la autodeterminación, incluidos los derechos territoriales y el acceso a los recursos naturales, que son una parte esencial de nuestra vida cotidiana y de nuestra identidad.” (Foto cortesía de Yanisbeth González Robinson)

Entre los temas prioritarios para el empoderamiento de las mujeres se encuentran desarrollar sus capacidades de liderazgo, facilitar la cooperación para desarrollar temas de interés para las mujeres en los distintos territorios de Mesoamérica, ampliar la participación de las mujeres en la gestión de la agenda territorial con otras personas y organizaciones -así como la incorporación de jóvenes líderes- y promover iniciativas justas, inclusivas y respetuosas de las costumbres de las personas a través de los proyectos gestionados por la AMPB.

(CO): ¿Cuál es tu logro favorito hasta ahora como activista por los derechos de los pueblos indígenas en Panamá? ¿Qué objetivos espera alcanzar a través de su activismo?

(YG): Si debo mencionar mi mayor logro, es poder liderar a los jóvenes para que sus voces sean escuchadas y estén en espacios de toma de decisiones en sus comunidades, donde han podido implementar planes de acción con pertinencia cultural y respeto a las cosmovisiones de los pueblos indígenas.

Mis otros logros incluyen la constitución de la Organización ANYAR para poder ayudar a muchas mujeres, niños y jóvenes, conocer y trabajar con todas las comunidades de Gunayala y, sobre todo, poder expresar las realidades de las comunidades y el gran legado que han dejado en la sociedad a nivel internacional.

(CO): ¿Qué consejo daría a las jóvenes interesadas en representar activamente a sus comunidades y defender sus derechos a través de su trabajo? ¿Qué planes tiene para el futuro?

(YG): Hay que hacer cada aportación con amor y que a pesar de las barreras y adversidades de la vida, es posible cumplir tus metas y seguir soñando. Confía siempre en tu potencial y rodéate de personas que crean en tus sueños.

Mi viaje ha sido muy incierto, pero está claro que debo seguir contribuyendo a mi comunidad y formando jóvenes líderes.

“Aspiro a seguir desarrollando y ejecutando proyectos en diversas temáticas para fortalecer las capacidades locales de las poblaciones indígenas a partir de sus realidades.” (Foto cortesía de Yanisbeth González Robinson)

En el futuro, espero que ANYAR - que se creó con mucho esfuerzo, dedicación y amor - pueda seguir luchando para promover y defender los derechos de los pueblos indígenas, creando proyectos sostenibles con relevancia cultural y llevando a cabo consultas libres e informadas en la Región de Gunayala y en otros territorios indígenas de Panamá.

Aspiro a seguir desarrollando y ejecutando proyectos en diversas temáticas para fortalecer las capacidades locales de las poblaciones indígenas a partir de sus realidades, y de esta manera continuar alentando a los jóvenes y poner en práctica el cambio generacional que a veces sólo queda en palabras y no en hechos.

Esta entrevista ha sido editada y condensada para mayor claridad.

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Chisom Onyekwere

(she/her) is an editorial coordinator at Malala Fund. She loves keeping up with the latest movies and shows on Netflix. She also loves reading and has a bookstagram, @chiscritiques.