Conozca a Lisbeli Vera Andrade, la joven venezolana de 19 años que aspira a una medalla paralímpica

Tess Thomas  | 

(Cortesía del Comité Paralímpico Internacional)

(Cortesía del Comité Paralímpico Internacional)

La estrella adolescente del atletismo habla de su preparación para los Juegos de Tokio y de cómo los educadores pueden apoyar mejor a los estudiantes con discapacidades.

Cuando la atleta paralímpica venezolana Lisbeli Vera Andrade, de 19 años, se acerca a la línea de salida y se prepara para salir a toda velocidad del bloque de salida, su mente corre casi tan rápido como la propia carrera.

“Bueno en esos momentos pienso en muchas cosas,” dice Lisbeli sobre los segundos previos al inicio de una carrera. “Pero lo principal es en mi familia, en lo felices que puedo hacerlos. En segundo lugar pienso en esa medalla que puedo darle a mi país.”

Lisbeli ha traído a casa varias medallas para Venezuela desde su debut internacional en los Juegos Parapanamericanos Juveniles de São Paulo 2017. En 2019, ganó el título parapanamericano en los 400 metros T47 y medallas de plata en los 100 y 200 metros. Posteriormente, obtuvo dos medallas de bronce en el Campeonato Mundial de Paratletismo Dubái 2019.

(Courtesía de Lisbeli Vera Andrade)

(Courtesía de Lisbeli Vera Andrade)

Este año, Lisbeli compite en su mayor desafío: los Juegos Paralímpicos de Tokio. “Es algo que me llena de emoción, saber que voy a estar compitiendo al más alto nivel con atletas de todo el mundo,” comparte. “Para mi, es como tocar el cielo.”

Aunque los aficionados de toda Venezuela animarán a Lisbeli en Tokio, no siempre se ha sentido apoyada por sus compañeros. Nacida sin parte de su brazo izquierdo, como estudiante, Lisbeli se enfrentó a la discriminación en las aulas. “En varias ocasiones durante mis primeros años de estudio mis compañeros de clase me hacían bullying, y esto sí me afectaba mucho sobre todo mi autoestima,” explica. “Ellos me trataban como si yo no pudiera hacer lo que ellos hacían por solo tener sus dos brazos.”

Lisbeli cree que las escuelas deberían tomar varias medidas para apoyar mejor a los estudiantes con discapacidades y poner fin a este tipo de discriminación en el aula. “Primeramente, los profesores tienen que educarse sobre discapacidad para poder trasmitir valores a los estudiantes. Hay que normalizar la visión hacia la discapacidad para que no sea motivo de burla o miradas curiosas,” cuenta. “La escuela es nuestro segundo hogar y es ahí donde pasamos más tiempo que en casa. Los profesores son los primeros que deben enseñarles a sus alumnos que tener una discapacidad no daña el sueño de una persona y si trabajamos sobre el bullying podremos salir adelante y convertirnos en una mejor sociedad que impactará las generaciones futuras.”

Primeramente, los profesores tienen que educarse sobre discapacidad para poder trasmitir valores a los estudiantes. Hay que normalizar la visión hacia la discapacidad para que no sea motivo de burla o miradas curiosas.
— Lisbeli Vera Andrade

Competir en el atletismo ha ayudado a Lisbeli a reconstruir su autoestima después de sufrir acoso durante su infancia. “He adquirido más seguridad en mi misma,” comparte. “Antes era tímida por todos los procesos que atravesé. Me he transformado en una persona más positiva y optimista incluso cuando las cosas no salen como las planifique.”

Correr comenzó como algo que Lisbeli hacía por diversión. Ya sea en su casa o en el parque, le encantaba lo libre que la hacía sentir. En la escuela se dio cuenta de que correr era algo que podía hacer de forma competitiva. “Cuando entré a la escuela iba a todos los juegos escolares de atletismo de espectadora, desde aquel momento soñaba con correr en la pista,” explica. Lisbeli corría en una carrera callejera local y, por casualidad, el entrenador venezolano Leonel Cabezas la vio competir. Impresionado por la velocidad y las habilidades de Lisbeli, la recomendó a Isidro Barthelemy, entrenador de la selección nacional, y su carrera despegó a partir de entonces.

“Bueno primero no lo podía creer cuando me lo dijeron,” recuerda Lisbeli. “Era una oportunidad muy grande que no podía desaprovechar, y gracias a esa oportunidad soy quien soy hoy en día. Y por supuesto estoy súper agradecida con el profe Leonel cabeza y aún más agradecida con mi queridísimo entrenador que es como mi segundo padre, Isidro Barthelemy.”

Desde entonces, Lisbeli ha viajado por todo el país y el mundo por cuenta de su carrera deportiva. Y aunque se dispone a competir en el mayor evento de su carrera el mes que viene, correr sigue teniendo la misma magia que cuando descubrió este deporte. “Cuando corro, me divierto mucho,” afirma Lisbeli. “La pista es como mi segunda casa. Me siento libre, plena y grande — es algo indescriptible.”

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Tess Thomas

is the former editor of Assembly. She loves books, cats and french fries.